viernes, 28 de enero de 2011

Políticas sociales integradas

COLINA BARRIOS "REMEDIOS DE ESCALADA"





Políticas sociales no es sólo ejecución de planes de ingreso, seguros, asistencia alimentaria, emprendimientos, becas, viviendas entre otras cosas. Se trata de algo mucho más complejo, tan complejo como la realidad cotidiana, es pensar en contribuir al desarrollo de la persona, su familia y su contexto. Este boletín tiene como objetivo primordial llegar a todos los que aportan su esfuerzo cotidiano demostrando anónimamente su dedicación y amor a los más necesitados y postergados. Compartir los caminos sociales que transitamos es la mejor manera de integrarnos, rindiendo cuentas y escuchando, porque la única verdad es la realidad , y la sociedad justa a la que aspiramos requiere el compromiso de todos"

Hablar de derechos ciudadanos no es una cuestión abstracta. Significa aludir a trabajo, salud, educación, ingresos, calidad en el nivel de vida, cultura, representación política, democracia, libertad, y todo ello en su sentido más amplio. Es analizar también la desciudadanización en que han incurrido determinadas políticas públicas planteadas desde el reduccionismo de sacrificar el todo por la visión única de una parte y no precisamente de las mayorías.

El modelo político de economía de mercado representó eso: El mercado como parte asignando los recursos sociales a partir de una visión economicista de la sociedad, mientras los sujetos sociales terminan siendo reducidos y arrojados a una competencia salvaje. En ese contexto, el Estado, la democracia, la sociedad civil y sus sujetos terminaron siendo meros apéndices, como lo mismo ocurrió con la política a la que se le reserva un papel secundario e irrelevante.

Esto último plantea la necesidad de revalorizar la práctica política, pero no desde una visión dependiente de la lógica mercantil y al servicio de minorías privilegiadas, sino acudiendo a formas autónomas, con una perspectiva totalizadora, que le devuelva a la sociedad civil sus "fuerzas activas".

El modelo neoliberal traducido en los "ajustes estructurales", concibió a la sociedad civil como un espacio privado a ser colonizado por intereses puramente económicos, deslegitimando todo aquello vinculado al espacio público -inclusive más allá del Estado- y quebrando el sentido de comunidad

No sólo "retiró" la intervención del Estado, sino que implantó una determinada forma de políticas públicas que se tradujeron en la fragmentación y la exclusión permanentes de la sociedad. Por eso la construcción de formas de vida cada vez más democráticas, implica necesariamente recuperar los derechos perdidos en el tiempo e instaurar otras formas de relaciones sociales.

Todo proyecto de país es autofinanciable con el resultado de la nueva riqueza que se genera. De lo que se trata es de ordenar los recursos humanos y financieros existentes, enmarcando el conjunto de las acciones públicas y privadas en un proyecto común.

QUE SOCIEDAD, QUE MODELO

Cualquier Estado y mucho más el que nos han dejado, tiene límites operativos y formales difíciles de superar, lo que lleva a demorar y frustrar las mejores intenciones en la maraña burocrática. El proyecto de la Justicia Social logró avanzar apelando a lo que hoy se denominaría una gran ONG, la Fundación Eva Perón, para sortear las trabas formales construyendo un brazo asistencial inmediato y directo, al que se le sumó la acción sistemática del Estado para concretar en la realidad el que cada necesidad fuera un derecho.

Las sociedades latinoamericanas y también del mundo están atravesadas por la contradicción entre la riqueza social y la irracionalidad del hambre y la pobreza. A pesar de lo que se afirmara con contundencia, el "fin de la historia" no es el espíritu de los tiempos. La historia es un proceso de realización constante y el anunciado fin de las ideologías, de la política, de los colectivos humanos como partícipes del destino de su sociedad choca con la propia responsabilidad histórica. Mientras existan sociedades y culturas hablar del fin de la historia es un absurdo, cuando no una justificación del status quo y lo que importa es saber qué historia queremos.

El modelo de lo privado sobre lo público ha fracasado rotundamente. La primacía del interés particular sobre el general es la evidencia de una determinada forma de sociedad que conduce a la pobreza -en su sentido general- a la incertidumbre, al aislamiento, al temor y al empobrecimiento de la vida en todas sus esferas. Importa entonces construir otra práctica política, otros significados y realidades, a partir del reconocimiento de los sujetos activos.

Ha habido un claro enfrentamiento cultural en el que ha venido triunfando el poseer -del modo que sea- al ser. Debemos asumir que el fracaso que se le reclama a la gestión pública (política) tiene además otros responsables (los custodios de los valores). Así como que existen claros designios para sustituir la actividad reguladora del Estado por organizaciones no gubernamentales. Responsabilizar en forma absoluta a un Estado que ha sido cooptado y vaciado es funcional al objetivo de sustituir la representatividad democrática y participativa por el gerenciamiento tecnocrático y privado.

Agotada la concepción política neoliberal, la cuestión social tiene que ver con el trabajo, con el acceso de la ciudadanía a mejores niveles de vida y con la participación, lo que debe traducirse en políticas de integración articulada y no focalizadas.

De esta forma, se plantea un rechazo a las prácticas neoliberales que se mantienen todavía como réplicas de una ideología y una visión del mundo orientada desde el Consenso de Washington. Se niega además terminantemente, que en esta situación sirvan los programas y planes únicos de asistencia propuestos por los organismos internacionales que no producen desarrollo aunque aumentan la deuda externa. El asistencialismo, como aliviador social, perpetua modelos que deben desterrarse, porque siempre han sido la contracara de la Justicia Social.

Es necesario trabajar desde una política social integral, desde un Estado en movimiento, con el centro puesto en la persona, no como un individuo aislado, sino como colectivos humanos y desde sus singularidades, atravesados por la trama social en la que están inmersos, buscando la construcción de un "espacio inclusivo " que fortalezca los derechos ciudadanos políticos, económicos, sociales, culturales y la equidad territorial.

Esto implica que la comunidad no puede ser mera receptora, depositaria pasiva de programas focalizados y estancos, porque sino se toma a la persona y sus derechos como un fin en sí mismo, se corre el riesgo de repetir las políticas concebidas desde una única mirada, con una concepción fragmentaria y utilitarista del todo social.

POR ALICIA KIRCHNER

No hay comentarios: